Iglesia Penitencial de Jesús

SEDE COFRADÍA PENITENCIAL DE NTRO. PADRE JESÚS NAZARENO

A pesar que las obras en la Iglesia de Jesús finalizaron en 1696, en un Cabildo celebrado en mayo de 1702 la Cofradía acuerda iniciar gestiones para construir un retablo, y para ello detalla los proyectos presentados por Alonso Manzano y Blas Martínez de Obregón, siendo éste quien se encarga de la obra con la ayuda de los tallistas Alejandro Araujo y Melchor de la Era, encontrándose terminado expresado retablo mayor en febrero de 1704. No se tiene lamentablemente ninguna descripción del mismo, si bien de algunas anotaciones se piensa se trataba de la historia de la oración del huerto y a los lados dos ángeles de tamaño natural. Se instaló sobre un pedestal de piedra de Campaspero, y, aun sin dorar, se colocó la imagen de N. P. Jesús Nazareno.

Al mismo tiempo se puso debajo un cuadro de Ntra. Señora de Belén, obra creemos del pintor y secretario de la Cofradía, Ignacio de Prado.

En este retablo colaboró con unas efigies el maestro José de Rozas, hijo del también escultor Alonso de Rozas. Al año siguiente, 1705, se decide encargar dos altares laterales haciendo juego con el central, y lo único que se sabe de ellos es que constaban de dos cuerpos, y que en la parte inferior tenían hornacinas para colocar las imágenes de la Soledad en el lado de la Epístola y el Cristo del Despojo en el del Evangelio, y en la parte superior se pusieron dos lienzos de Ignacio de Prado, representando un Ecce Homo el primero de ellos.

La Cofradía no acomete las obras de dorarles hasta mayo de 1712, siendo el batidor de oro Dionisio García, quien se ofreció a hacerlo de oro limpio por la cantidad de 23 000 reales, y seis años después se presenta traza para la construcción de dos altares colaterales segundos que debían ser colocados en el cuerpo de la Iglesia, colaborando el cofrade y ensamblador Juan Correa para tratar el asunto.

Al final se decide hacer solamente uno, que realizan conjuntamente José Diez de la Mata y Juan Correa, en el que se instala en la parte superior la imagen de Ntra. Señora de la Soledad, y en la inferior el Cristo Yacente. Su construcción es terminada en 1729.

En 1802 Eustaquio Bahamonde presentó el proyecto del nuevo retablo del Cristo del Despojo, para sustituir al que había resultado destruido por incendio, y nada más concluir se colocó la nueva imagen del Santo Cristo, situándole al lado de la Epístola, aunque en 1809 el Despojo fue trasladado a otro retablo sito en el cuerpo de la Iglesia, y sustituido por una imagen de Ntra. Señora de los Remedios, que acababa de entrar procedente del Convento de los Trinitarios.

Se desconocen las causas por las que la Cofradía tomó la decisión de cambiar los retablos, pero lo cierto es que en 1810 se terminó de instalar el nuevo que provenía del Convento de los Premostenses.

Cuatro años únicamente en esta Penitencial, pues al regresar estos religiosos, terminada la lucha contra los franceses, se acordó retornarlo, debiendo recibir la Cofradía 3.500 reales para compensar los gastos de instalación, aunque la restitución no se efectuó hasta 1815. De esta forma la Iglesia se queda sin retablo mayor, por lo que el arquitecto Pedro García encarga la obra a Calixto Alvaro, quien la realiza con madera de Soroa, seca, de buena calidad y sin partes resinosas, con zócalos y columnas, gradas, sagrario, mesa de altar y cornisas con remate, sotabanco que recibe la efigie titular, etc. Posiblemente terminado en 1817.

Anterior, es en cambio, la colocación del Santísimo Cristo de las Agonías, en el retablo que pintó en su fondo Anastasio Chicote un cuadro de Jerusalén, que se encuentra muy deteriorado.

En 1851 se modificó este retablo, construyéndose un arco y una urna, que lamentablemente no se conserva.

Merece comentario que, con el fin de conseguir una igualdad en los retablos laterales, se gestionó uno nuevo a José Bahamonde hacia 1811, y que debe ser semejante al construido en 1802 para el Cristo del Despojo, y en el que se instala a San José.

Y, por fin, en 1941 la Iglesia es pintada y reparada, limpiándose los retablos que en la actualidad se conservan y a los que nos hemos referido en estas líneas.

En los últimos años está siendo sometida a diversas reformas, limpiezas, y restauraciones.