Iglesia Parroquial de San Pedro Apostol

Iglesia Parroquial de San Pedro Apóstol

SEDE COFRADÍA PENITENCIAL Y SACRAMENTAL DE LA SAGRADA CENA

Sencillo edificio de una sola nave. La capilla mayor se cubre con crucería estrellada del siglo XVI; yeserías barrocas del siglo XVII decoran la bóveda de cañón de la nave.

Consta su existencia al finalizarse el siglo XII, pero la primera alusión documental comprobada data del año 1278, cuando el canónigo Ferrán Domínguez ordena en su testamento entregar “a la obra de Sant Pedro çinco moravedis”.

En 1571 el cura párroco manda desmontar al entallador Benito Giralte el retablo mayor del templo “para hazer la yglesia” actual, cuya cabecera está concluida en 1578, momento en el que se paga a Cristobal de Amberes la vidriera “de hazia el prado solano”. Las obras estuvieron paralizadas durante bastantes años, pues en 1606 el maestro de obras Francisco Negrete se comprometía con el cura y mayordomo “para efeto de acabar de fenecer”.

En 1634 construye Juan de Répide el coro alto y otras obras de menor importancia que fueron tasadas el año siguiente por Juan del Valle y Juan de Lencín.

Los maestros Antonio Crespo y Tomás Martínez trabajaban en el templo en 1748 y su trabajo fue supervisado por el arquitecto José Morante y costeado parcialmente por el cabildo catedralicio. Finalmente, en 1759, el arquitecto Antolín Rodríguez construyó gratuitamente el camarín existente detrás del altar del “Santo Cristo de la Espiga”. En 1817 fue nombrado párroco don Luis López-Vigil y Pando.

La fachada, construida en piedra su primer cuerpo, dispuso hasta 1950 de una pequeña torrecilla, ofreciendo una composición muy humilde en la que sólo destacaba la portada, de gusto herreriano, adintelada y coronada por un frontón triangular en el que se aloja una hornacina con una escultura de San Pedro. En aquel último año se rehízo el segundo cuerpo y se sustituyó la torrecilla por dos espadañas. Finalmente, en 1967, se procedió a forrar con piedra el segundo cuerpo con piedra caliza de Campaspero. En la restauración efectuada entre 2012 y 2013, se procedió a eliminar ese forro.

Su edificio, modesto exteriormente, construido con piedra y ladrillo, dispone de una sola nave rematada en testero plano y capillas hornacinas abiertas en sus muros laterales. El crucero no se destaca al exterior y toda la cabecera se cubre mediante bóveda de crucería estrellada, con nervaduras de combados muy atrevidos, decoradas con claves pinjantes de estilo renaciente.

La nave se recorre por pilastras de orden toscano que soportan un entablamento volado, sobre el que se disponen vanos termales profundos que facilitan la iluminación del interior. La cubierta consiste en bóveda de medio cañón y el efecto general, excepción de la capilla mayor, es el de un templo clasicista que acusa el influjo de la catedral, permitiendo sospechar la intervención como tracista de algún arquitecto formado en la obra del primer templo de la ciudad, no pudiéndose descartar que fuese el mismo Juan de Répide, que estuvo al frente de la construcción de la catedral.

En 2016 la herencia de una feligresa se utilizó para restaurar el retablo del interior del templo. 

DIRECCIÓN: C/REAL DE BURGOS, 10

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