Iglesia Conventual de San Benito
Iglesia Conventual de San Benito
La fundación del monasterio se debe a Juan I, en 1390. El templo consta de tres amplias naves, cubriéndose con crucería estrellada y todo ello labrado en piedra.
La iglesia fue edificada de 1499 a 1515, siguiendo planos de Juan de Arandia y García de Olave. Está totalmente edificada en piedra. Fue erigida sobre el antiguo Alcázar Real y está realizada en estilo gótico; aunque la fachada en forma de torre pórtico es posterior: fue diseñada por Rodrigo Gil de Hontañón en 1569. Originalmente, esta torre poseía bastante más altura gracias a la existencia de otros dos cuerpos para el campanario, que se encontraban sobre los actuales, y que fueron derribados en el siglo XIX por amenazar ruina.
Se organiza mediante tres naves, que rematan en tres ábsides poligonales y no existe crucero. Las naves laterales son muy altas y su diferencia de altura con la central es escasa, por lo que podemos decir que esta iglesia sigue la tipología de iglesia-salón, muy difundida en la primera mitad del siglo XVI, creando edificios de una interesante y grandiosa espacialidad como el que nos ocupa.
La iluminación se resuelve a partir de grandes huecos, que se abren el la pared de la nave lateral del lado de la Epístola y en los ábsides. Originalmente, también existieron algunos huecos en la nave central, tapados a raíz de la elevación de los tejados hacia 1580. En el tramo de los pies se encuentra el coro alto, que abarca las tres naves de la iglesia.
Por el exterior, el edificio posee recios muros de piedra caliza (extraída de canteras cercanas a Valladolid, como Villanubla, Zaratán o Campaspero) y grandes ventanales que iluminan el espacioso interior. Las fachadas laterales se articulan mediante contrafuertes que contrarrestan los empujes de las bóvedas de crucería con terceletes con las que se cubre en el interior. Los pilares que dividen las naves son baquetonados. Puede observarse que los tramos más cercanos a la cabecera presentan capiteles y cornisas decorados, algo que desaparece en los tramos de los pies, más austeros. Esto puede ser debido a la búsqueda de un presupuesto más económico conforme avanzaban las obras, empezadas por la cabecera, a la usanza medieval.
Teniendo en cuenta que la orden benedictina tenía entonces mucho poder y siendo esta su casa principal en Castilla, la iglesia atesoraría obras de arte de gran calidad. Entre los tesoros que se encontraban en la iglesia cabe destacar el Retablo de San Benito el Real de Valladolid y la sillería, que se encontraba en la nave central. Adosado a la iglesia se encuentra el gran edificio monacal, que cuenta con tres claustros, uno de ellos el conocido Patio Herreriano, hoy Museo de Arte Contemporáneo, y una fachada principal manierista diseñada por Juan del Ribero Rada.
DIRECCIÓN: C/SAN BENITO, 3
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