Juan de Juni

Juan de Juni

Nace en 1507 en Joigny (Francia), muriendo en 1577 en Medina de Rioseco (Valladolid). Juan de Juni fue escultor, ensamblador, entallador… Trabajó en todas las tipologías: retablos, sillerías, pasos, etc. En todas sus obras se pueden apreciar sus características. La primera viene dada por su origen francés, que se ve en el carácter atormentado de sus personajes. La influencia italiana también está presente, pues se había nutrido de los maestros Jacopo della Quercia y Donatello y del dramatismo de las escuelas de Módena y Bolonia. Tampoco podía faltar la influencia de Miguel Ángel, presente en la monumentalidad de las figuras; ni la de los manieristas, de quienes aprende las formas curvilíneas y pserentinas.

Asentado en España, se adapta perfectamente al carácter castellano y a la religiosidad popular, asimilando y transmitiendo las tendencias franco-italianas y españolas. Utiliza gran variedad de materiales: barro cocido (siendo el pionero en España en utilizar ésta técnica que en ocasiones es vidriada), la piedra, el alabastro y, sobre todo, la madera. En todos ellos destaca por su gran conocimiento técnico y unos acabados magistrales.

Los plegados tienen su origen en los cuatrocentistas italianos. Son dúctiles en cuanto a la forma, pero en Juni son como símbolos parlantes que expresan estados anímicos. Los personajes, después de muchos bocetos, llevan siempre la indumentaria apropiada. Los tocados son muy altos, las mangas rajadas, los cuellos de doble solapa unidos por un botón y sobre todo por joyas, abundantes en sus obras.

Las figuras de Juni son tipos humanos fornidos, mujeres casi varoniles con cabezas redondas,  brazos hinchados y el pecho henchido como reteniendo el aire. Los músculos son desbordantes o flácidos según las ocasiones, logrando incluso que la carne tiemble. También está considerado como el mejor escultor de manos, por el gran realismo al representarlas, aunque a veces se deforman de manera dramática. Es, en definitiva, un escultor clásico en cuanto a las composiciones, que siempre son cerradas, aunque con componentes de tipo barroco como la teatralidad y las posturas en giros de algunos de sus personajes.

Su trayectoria artística se puede dividir en tres etapas. La primera, de 1535 a 1545, es la más dramática, donde los personajes están en posturas difíciles y tanto las telas como los rostros tienen mucho realismo. Es una etapa en la que se acerca al arte francés, que conoce desde sus orígenes. A ésta etapa pertenecen la Sillería del coro de San Marcos, y el “Santo Entierro” que está ya en transición a su segunda época, de 1545 a 1560. Esta obra es una de las más famosas y representativas. Es clásica en cuanto a la composición, tiene influencias de Sluter y de Donatello en la individualización de los rostros que son casi retratos, pero también aparecen detalles barrocos. Actualmente se conserva en el Museo Nacional de Escultura de Valladolid. En esta época también realiza el monumental Retablo Mayor de la Iglesia de Sta. Mª de la Antigua, que ahora se encuentra en la Catedral de Valladolid.

La tercera etapa, de 1560 a 1577, es la más reposada. Los pliegues que antes eran muy movidos, acompañando a las figuras, ahora caen rectos o formando ángulos. La gesticulación no es que desaparezca del todo, pero sí cede haciéndose más natural. De ésta época destaca la “Virgen de las Angustias” (Iglesia de las Angustias, Valladolid). En la época final, Juni ya es un escultor famoso en la península, pues ha sabido conectar con el sentimiento religioso del público, lo cual era muy importante en la época.

OBRA DESTACADA