Francisco del Rincón

Francisco del Rincón

Nació hacia el año 1567. En una primera etapa como imaginero, se muestra asociado con Manuel Álvarez, realizando los bustos funerarios del Doctor Espinosa y su mujer para la iglesia de San Agustín de Valladolid, no conservados en la actualidad.

En 1597 aparece asociado al escultor Pedro de la Cuadra y juntos realizan el Retablo Mayor del Hospital de Simón Ruiz de Medina del Campo, en el que Rincón ejecuta el Calvario y otras esculturas. La superioridad artística que reflejaba respecto a Pedro de la Cuadra, hizo surgir celos profesionales entre ambos, lo que provocó que De la Cuadra tratase de mejorar su estilo, aproximándolo al de Francisco del Rincón. Al final, el enfrentamiento entre ellos provocó que rompieran su sociedad.

En el año 1600 aparece viviendo en Valladolid. En este año realiza una serie de trabajos para Palencia y Valladolid, siendo lo más importante la aparición en su taller de Gregorio Fernández como oficial hasta el 1605. Es en 1604 cuando realiza el paso “Levantamiento” (actual “Exaltación de la Cruz” en el Museo Nacional de Escultura y Convento de San Quirce). Este paso será muy importante para las procesiones de la Semana Santa vallisoletana, no sólo por su valor artístico, sino también por ser el primer “paso” de madera policromada realizado en Valladolid, sustituyendo a los de “papelón” existentes hasta el momento.

Entre los años 1602 y 1604 realiza junto a su suegro Cristóbal Velázquez la escultura del Retablo Mayor de la iglesia de las Angustias. En 1605, al precio de 5.000 reales, ejecuta en piedra las esculturas de la fachada de la citada iglesia de las Angustias: San Pedro, San Pablo y la Anunciación.

Otras obras atribuidas a él son: “Cristo de los Carboneros” y “Santa Gertrudis” (iglesia de las Angustias), “Cristo de las Batallas” (iglesia de la Magdalena), “Cristo de las Descalzas Reales”, “Cristo de la Colegiata de Santillana del Mar”, y “Cristo Yacente” del Convento de Sancti Espíritus de Valladolid.

Francisco del Rincón muere, siendo aun muy joven, en 1608. Su temprana muerte privó al mundo del arte de un gran artista que pudo haber estado, de no haber perecido tan pronto, a la altura de los grandes maestros del Barroco español. Sin embargo, sus descendientes heredaron sin duda su maestría, y muestra de ello es el maravilloso “Cristo del Perdón” que para la Cofradía de la Pasión realizó su nieto Bernardo del Rincón.

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