Pregón Semana Santa Valladolid 2021

Pregón Semana Santa Valladolid 2021

PREGÓN SEMANA SANTA VALLADOLID 2021

Resultaba extraño ver la SIM Catedral ocupada solo con un tercio de su aforo, por las restricciones legales debidas a la pandemia, pero el ambiente que en ella se palpaba era de emoción contenida por poder escuchar el pregón que estaba a punto de pronunciar la historiadora del Arte y profesora de la Universidad de Valladolid, María Antonia Fernández del Hoyo, previsto para el año anterior. Pero sobre todo, por poder celebrar al fin un acto en público relacionado con nuestra Semana Santa después de un año para olvidar.

Comenzó, como es habitual, presentando a la pregonera, don Oscar Puente, Alcalde de la ciudad y alabando su trayectoria como historiadora e investigadora. Inmediatamente tomo la palabra la pregonera, la cual recordó que el sufrimiento de Cristo “subsiste” en el mundo actual, marcado por la pandemia de COVID-19, y que buena parte de la sociedad “necesita una redención que solo puede venir de los valores del espíritu”.

Continuó comentando sus primeros recuerdos infantiles relacionados con la Semana Santa vallisoletana, y señaló que en las últimas décadas su relación con la misma cambió hasta dirigirse a “unos cauces más profesionales”.

Mencionó, pues era de justicia, a tantos otros historiadores del Arte que han “enriquecido” su visión de la Pasión vallisoletana con sus “diversos y sugerentes puntos de vista y sus atinadas valoraciones de un fenómeno tan complejo como es la Semana Santa de Valladolid”, recordando a algunos de ellos como José Martí y Monsó, Juan Agapito y Revilla, Alonso Cortés, Javier Burrieza, Amando Represa, Eloísa García o Antonio Corral, entre otros.

Compartió con todos los presentes un “viaje en el tiempo” a través de sus palabras, al Valladolid señorial de 1620. Recordó como la capital vallisoletana era entonces “una ciudad en decadencia” por haber perdido la Corte de Felipe II, si bien “la Chancillería mantenía una no desdeñable vitalidad” y la vida religiosa “mantenía su pujanza”, con un desarrollo arquitectónico y escultural “protagonizado por las órdenes religiosas de ambos sexos” y por el taller de Gregorio Fernández, al que acudían parroquias, conventos y cofradías para buscar “la excelencia para sus imágenes”. Recorrió las calles de la ciudad, con sus procesiones y entresijos, sus juicios, pleitos entre vecinos y encargos a insignes maestros de la gubia.

Fernández del Hoyo concluyó su lección de Historia con un agradecimiento a la religión católica, al mecenazgo de la Iglesia y a la propia Semana Santa por “lo mucho que le debe la Historia del Arte”.