Santo Cristo de la Humildad

Desde el siglo XVI la Cofradía de la Piedad contó con una imagen puesta bajo la advocación del Santo Cristo de la Humildad. A finales del siglo XVII la estatua que poseían, que estaría fabricada con materiales ligeros, estaba tan deteriorada que encargaron a José de Rozas una nueva para sustituirla. Así, el 14 de enero de 1691 se concertaron con el maestro, que se obligó a que “haría perfecta y acabada una hechura del Santo Cristo de la Humildad de cuerpo entero, sentado y en blanco”. Para su ejecución, se inspiró en el Ecce Homo (h. 1620) que Gregorio Fernández había labrado para la Cofradía de la Vera Cruz. Cristo, coronado de espinas y vestido con una túnica roja de tela encolada, está sentado sobre un cajón, con la cabeza ligeramente inclinada. El rostro posee cierta inexpresividad a pesar de tener los ojos y la boca abiertos. Lleva las manos atadas con una cuerda, sosteniendo en una de ellas la caña.

La talla fue conocida como “Cristo del Gallo” o “Cristo de los Artilleros” debido a que desde mediados del siglo XIX fue acompañado por el arma de Artillería en la procesión del Santo Entierro. Tras numerosas décadas en “paradero desconocido”, en 2013 la cofradía recuperó su talla y, tras ser restaurada, en 2015 se incorporó a la Procesión de la Piedad del Miércoles Santo, participando desde 2022 en la Procesión de Penitencia y Caridad del Jueves Santo.