Nuestro Padre Jesús Flagelado

Al caer la noche del Jueves Santo la Cofradía de la Sagrada Pasión alumbra cuatro de sus sagradas imágenes en la procesión de Oración y Sacrificio para realizar un Acto Penitencial en la catedral. Uno de esos cuatro “Cristos” es Nuestro Padre Jesús Flagelado, que el Viernes Santo volverá a ser procesionado, pero formando parte del paso de la Flagelación, por la Hermandad Penitencial de N. P. Jesús Atado a la Columna.

Probablemente fueran las gubias de Francisco Díez de Tudanca –cuando en 1672 contrata un Cristo atado a la columna para la Cofradía del Santísimo Sacramento de Mojados (Valladolid) se le conmina a realizarlo “conforme al que está en la Sagrada Pasión de la ciudad de Valladolid”–, aunque tampoco se pueden descartar las de Antonio de Ribera, las que esculpieron esta devota hechura que mueve a la compasión de sus fieles por su dulce y sufriente rostro amoratado y las tremendas heridas que inundan su sacra espalda. Cristo, que ha sido concebido según el conocido modelo ideado por Gregorio Fernández, tiene las manos atadas sobre una columna baja y la mirada perdida en el cielo, detalles que indican la sumisión que está padeciendo ante sus grotescos verdugos. En las condiciones redactadas por el pintor Pedro de Antecha para policromarlo se señalaba que debía de tener el cuerpo lleno de sangre y de cardenales.