Nuestra Señora de la Soledad del Cristo Yacente

Nuestra Señora de la Soledad del Cristo Yacente es la advocación que ha elegido la Cofradía del Santo Entierro para esta Virgen de la Soledad que desde hace años dispone en la iglesia conventual durante la Semana Santa e incluso ha colocado en algunos altares efímeros como el que realizó con motivo de la procesión de la Coronación Canónica de Nuestra Señora de los Dolores de la Vera Cruz. En el Monasterio de San Joaquín y Santa Ana es conocida como Virgen de Soledad del Capítulo debido a que permanece en este espacio durante el resto del año, ocupando una hornacina rococó bajo la cual estuvo dispuesto el Cristo Yacente hasta que pasó a formar parte del museo conventual.

Se trata de una escultura de bastidor que viene a copiar a la Virgen de la Victoria del convento de los Mínimos de Madrid, imagen realizada en 1565 por Gaspar Becerra (1520-1568), y que viste según las normas del luto de corte o luto castellano. Así, viste una túnica blanca y un manto negro con riquísimos bordados dorados que figuran elementos botánicos, las Arma Christi, la Cruz, los emblemas de Jesús y de María, etc. Muestra un rostro compungido, con grandes ojos de los que caen lágrimas postizas, y boca cerrada que le aporta un grado de serenidad. Las manos, unidas en oración, van talladas en una misma pieza. La cabeza, cubierta por una toca que le cubre los cabellos, lleva una diadema de rayos y estrellas.