La Santa Cruz

La Santa Cruz es la cruz triunfante, humilde pero triunfante. Esta cruz no representa el instrumento con el que se martirizó a Cristo sino su triunfo sobre la muerte y la redención de la humanidad. Portada a hombros con gran mimo, y al ritmo de los sonidos franciscanos, el Jueves Santo se encarga de cerrar –la preceden el Santísimo Cristo Yacente (Isidro de Villoldo (atrib.), h. 1538-1553) y Nuestra Señora de la Soledad (Anónimo vallisoletano, finales siglo XVII)– la Procesión de Humildad y Penitencia que la Cofradía de la Orden Franciscana Seglar (V.O.T.) celebra en la tarde del Jueves Santo desde el año 2022. Anteriormente, entre 2000-2019 participó en la extinta Procesión de Nuestra Señora de la Amargura celebrada también en la tarde del Jueves de la Cena. Parece ser que los terciarios franciscanos acompañaron esta cruz en la Procesión General del Viernes Santo entre 1944-1959, anteriormente, desde al menos 1889, había hecho lo propio con la Cruz de San Diego.

Sea como fuere, esta cruz, conservada en el Monasterio de las Descalzas Reales, es un ejemplar arbóreo de corte circular y cantoneras de bronce. El títulus, dispuesto en la intersección de ambos brazos y realzado por cuatro potencias doradas, lleva escrita la inscripción del INRI en latín, griego y arameo. Se desconoce el nombre de su autor, así como la fecha en que fue labrada, aunque se piensa que pudo acaecer en un momento indeterminado del siglo XIX.