Ecce Homo

El Ecce Homo fue la imagen central de La Coronación de Espinas, paso realizado por Gregorio Fernández hacia 1620 y que estaba conformado por Cristo, Pilatos, un sayón arrodillando ofreciéndole la caña y el llamado Sayón bizco, que sujetaba unas largas varas con las que le trenzaba la corona de espinas, misma acción que realizaría otro sayón desaparecido.

Cristo está sentado sobre un cajón con las manos cruzadas, portando una caña a la que debe su apelativo (“Cristo de la caña”) y que además le acredita como el Rey de los judíos, al igual que el manto rojo y la corona de espinas. Lleva la espalda y parte de las piernas cubiertas por un manto de quebrados pliegues. La cabeza, tocada por una corona de espinas natural que le ha provocado heridas de las que manan abundantes gotas de sangre que le caen por la frente, está girada para dirigir su mirada suplicante hacia el cielo buscando la clemencia del Padre ante el inminente desenlace de su Pasión. Su manso rostro, con la boca abierta para aumentar el dramatismo, mezcla dolor y resignación. Es denominado “Santo Cristo de los Artilleros” debido a que desde 1923 fue alumbrado por el Arma de Artillería, que seguiría haciéndolo desde 1944 pero ya como Hermandad.