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Muy Ilustre Cofradía Penitencial de Nuestra Señora de la Piedad
La Cofradía de Nuestra Señora de la Piedad ha sido sin lugar a dudas la penitencial que ha sufrido en mayor medida los avatares de la historia a causa de los continuos cambios de sede y de la pérdida de la práctica totalidad de su patrimonio. Sus orígenes se remontan a la llamada Cofradía de los Xinobeses fundada en 1504 y que en un primer momento estuvo conformada por banqueros y asentistas cercanos a la corte de Carlos I. En 1578 la cofradía se reorganizaría con población local, fechándose en dicho año la primera Regla. La primera sede que tuvo la cofradía fue el convento de Nuestra Señora de la Merced, en el que se mantuvo hasta que en 1662 logró abrir su propio templo penitencial. Por desgracia, el deseo de mantener una iglesia propia no duraría mucho puesto que el mal estado de la misma y su posterior derribo llevó a la cofradía a marchar a la iglesia del Salvador (1789-1790) y, sin solución de continuidad, hasta la iglesia de San Antonio Abad (1790-1924). Tras la recuperación de la cofradía en 1924 se establecieron en la iglesia del Rosarillo, en la que se radicó hasta 1935 en que marchó a la iglesia de San Martín, en la que han encontrado su definitivo asiento. No podemos dejar de citar que la iglesia conventual de las Descalzas Reales ejerció durante dos periodos (1965-1970 y 2001-2011) de sede provisional debido a que la iglesia de San Martín estuvo cerrada por obras.

Cruz roja escalonada.
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Fundada en 1504/1578
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Iglesia de San Martín y San Benito el Viejo
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Túnica, capa, capirote, guantes y zapatos negros. Cíngulo y puñetas rojas.
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www.cofradiapiedadva.com cofradiadelapiedad@cofradiadelapiedad.com
A comienzos del siglo XVII mantuvo continuos conflictos con la Cofradía de Nuestra Señora de las Angustias debido a la hora de celebración de sus respectivas procesiones por lo que el obispado de Valladolid obligó a ambas a fusionarse en 1617, como la solución no agradó a ninguna de las hermandades esta unión artificial se mantuvo tan solo hasta 1630. La cofradía efectuaba su procesión de Regla a primera hora de la tarde del Viernes Santo, alumbrando en un principio una serie de pasos de papelón de los que nada ha quedado. Sería a lo largo del siglo XVII cuando renovaría todos aquellos conjuntos escultóricos, y hablamos de renovar puesto que vendrían a ser las mismas escenas. Por desgracia apenas hay datos de la mayoría, con el inconveniente añadido de que unos pasos han desaparecido y de otros se conservan imágenes sueltas. Estamos hablando de la Virgen de la Soledad (atribuido a Pedro Gómez Osorio, hacia 1600), Longinos (Anónimo, mediados del siglo XVII), el Traslado al Sepulcro o Santo Entierro, actual Cristo de la Cruz a María (Antonio de Ribera y Francisco Fermín, 1641), el Cristo de la Humildad (José de Rozas, 1691) y la Virgen de la Piedad, de la que nada se sabe. Además, durante un tiempo también sacó a la calle el Arca de Noé, un paso alegórico, algo sorprendente por la escasez de esta tipología en tierras castellanas.
La crisis del siglo XVIII llevó a una reducción del historiado de los pasos en la calle, de suerte que en el siglo XIX y comienzos del XX tan solo saldrían las imágenes titulares. La reconstrucción de la cofradía, coincidente en fechas con la nueva procesión del Santo Entierro (procesión general) ideada por el arzobispo Gandásegui, llevó a la cofradía a alumbrar en los primeros años (1923-1926) el paso del Descendimiento (Gregorio Fernández, 1616-1617) de la Cofradía de las Angustias, para ya en 1927 comenzar a hacer lo propio con Nuestra Señora de la Piedad o La Quinta Angustia (Gregorio Fernández, hacia 1627), que desde entonces y hasta el día de hoy se ha convertido en unas de las imágenes de mayor devoción de la ciudad, tal es así que cuando se cumpla el centenario de sus salidas procesionales en 2027 será coronada canónicamente. Su primera salida procesional fue el Viernes Santo de 1927 pero no en la procesión del Santo Entierro, sino esa misma mañana en la procesión de Penitencia y Caridad que ese año era la primera vez que se celebraba. Desde entonces y hasta el presente la Cofradía de la Piedad y su, por entonces, nueva imagen titular, han sido las únicas que se han mantenido en todas las ediciones de este histórico desfile en el cual antiguamente también participaron la Cofradía Penitencial de la Sagrada Pasión y la Real y Venerable Cofradía de la Preciosísima Sangre de Nuestro Señor Jesucristo.
En 1966 empezará a celebrar en la noche del Miércoles Santo la procesión de la Piedad, desfile que ha contado con múltiples cambios a lo largo de estas décadas tanto en recorridos como en imágenes alumbradas, siendo la última la que acaecerá en 2025 en que la Virgen de la Piedad será llevada en hombros en unas nuevas andas hasta la catedral.
En agradecimiento a su participación en la Jornada Mundial de la Juventud de 2011, que estuvo presidida por el papa Benedicto XVI, el arzobispo don Ricardo Blázquez concedió a la cofradía el título de Muy Ilustre. En 2024 adquirió una nueva imagen para su patrimonio, el llamado Santísimo Cristo de la Paz (Antonio Reiné, 2019).
Actualmente la cofradía organiza la procesión de la Piedad en la noche del Miércoles Santo alumbrando a La Quinta Angustia, y la procesión de Penitencia y Caridad, en la que hace lo propio con el Cristo de la Humildad, Cristo de la Cruz a María y nuevamente La Quinta Angustia. En la procesión general del Viernes Santo escoltan a los dos últimos pasos citados.









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